Tras la vuelta a la redacción, un sentimiento generalizado es, sin duda, el que no debería de haber acabado ni nos importaría seguir allí. Otra definición más periodística sería que hemos paseado por el Valhalla de los reggae warriors durante 4 días, si si, que nosotros llegamos un día antes de las tres fechas oficiales del ReggaeBoa Festival 2016.
Y bueno, una vez visitado el corazón del Bierzo, y el nuestro propio, queremos hacer un pequeño repaso por las vivencias que hemos podido refrescar del recuerdo de nuestros días en Balboa (León), donde convivimos 2.000 amantes de esta cultura.
PRE-FESTIVAL
Si echamos mano a esos momentos en los que un aroma es asociado con una situación anterior… pues eso nos ocurrió tras 5 horas de carretera según nos adentrábamos en los «campos de energía» del ReggaeaBoa Festival. El pueblo de Balboa y su entorno te golpean para que todos podamos percibir claramente la sensación de retorno a nuestras buenas formas, más en comunión con la naturaleza. En definitiva, en nuestro caso desembocó en una bonita conversación sobre como era el Reggae cuando cada uno de nosotros comenzábamos ese otro particular viaje por la música jamaicana.
El jueves al atardecer, una vez en el pueblo, nos recibieron con una motillo, como a la mayoría de los asistentes, para guiarnos a las zonas de parking y acampada. Resueltos los temas logísiticos, bajamos a Balboa donde descubrimos un sugerente cartel que nos informaba del After Roots Reggae que tendría lugar en «La Palloza de Chis» desde esa misma noche y hasta el final del festival. Vamos que para nosotros fue como cuando le dan un caramelo a un niño. Por cierto, os recomendamos visitar el lugar, por si todavía no lo habéis disfrutado, es algo así como kaboom!!. ¡Gran inicio de Festival!.
DÍA 1 – VIERNES
El arranque oficial del ReggaeBoa se desarrolló el viernes en la playa fluvial. Allí nos encontramos con Mas Jahma Sound sonorizando los primeros pasos de los guerreros en el paraíso del Reggae. Rocksteady, Roots o Rub a Dub, es decir, toda una banda sonora que ahora nos lleva a recordar los grandes momentos de estos días. Igual que es difícil nombrar a todos los protagonistas de nuestros días, esta vez se nos torna complicado el mencionar a todos esos simpáticos canes que nos deslumbraban durante las tardes musicales entre las selecciones de las sounds.
A media tarde llegaron King Horror con 900 km en sus ruedas, algo que se celebró por todo lo alto con constantes intercambios en los controles entre King Horror y Mas Jahma, y que acabó con un cierre espectacular de Nico y Rabdius de King Horror satisfaciendo los ánimos de todos los presentes, para después poder ascender por primera vez al escenario principal.
La inauguración de los conciertos llegó con Alex Bass & The Same Song Band. Este artista sigue demostrando el por qué está en boca de tanta gente, del mismo modo que la backing band. Un encuentro que sirvió para demostrar el interesante estado musical en el que nos encontramos hoy en día. Es más, nos parece un buen acierto por parte de la organización el haber unido esta propuesta con el siguiente acto que tendría lugar en el escenario principal, la presentación de Payoh SoulRebel & Red, Gold & Green Band en el Bierzo. La compenetración y la calidad hizo que su show fuese una nueva experiencia del buen hacer a lo que nos tienen acostumbrados todos estos grandísimos músicos del levante.
El postre de la casa para esa noche fue el formato sound system. La primera capa del pastel estuvo formada por la pareja de los brothers, eso es, los Revolutionary Brothers, quienes volvieron a hacer gala de su arte en una selección donde dominaron sus propias producciones y dubplates.
A los vascos se le sumaría una de las figuras mas respetables del reggae estatal, el Hermano L. Su combo obtuvo un resultado muy especial y junto a la ayuda de Dinamita Morena, como corista, hicieron un gran repaso por la carrera del mallorquín, y es que más sabe el diablo por viejo que por diablo. El truco final de la noche correría a cargo de la familia de King Horror Sound a través de sus diferentes magias jamaicanas. La verdad es que fue todo un elenco de selectores los que se dieron cita en esta edición del ReggaeBoa.
Sin más, una magnífica primera jornada del ReggaeBoa, que realmente concluiría con la correspondiente bajada al pueblo. Un curioso retorno de los guerreros hacia sus aldeas a través de ese bosque consciente que rodea el festival.
DÍA 02 – SÁBADO
El Sábado comenzaron los actos con otra buena selección de Revolutionary Brothers, que sustituyeron a Radio Rasta en la playa fluvial. Esto daría paso a otras tres horas de Mas Jahma Sound y sus tesoros musicales. A las 18h llegó la hora de Unruly Youth, quienes se presentaron a la audiencia con un bonito recorrido desde el Rocksteady hasta el Dancehall más moderno, pasando por grandes momentos donde se podía respirar Dub y otros sonidos más digitales. El cierre de la tarde lo protagonizaron Fufuh y Burbuselektah (Mas Jahma) con otra buena ración de vibez para que todos pudiésemos subir más que contentos al auditorio.
El nuevo ascenso a la cima del reggae provocó un pequeño desfase en la hora de la cita con la programación del día. Entramos en el recinto con las primeras notas de Majaicans, mientras que bajábamos las escaleras ya comenzábamos a ver esas muestras entre los asistentes que señalan que había muchas ganas de volver a vivir otra gran noche de Reggae. ¡Magníficos los Majaicans!. ¡Ahí siguen luchando muy firmemente por toda esta cultura que tanto amamos!.
Tras los madrileños llegó el manchego de la noche, Lasai, respaldado por Chronic Sound. Un artista que desde sus comienzos en Talavera ya despuntaba talento a raudales y que en Balboa hemos tenido el enorme placer de sentir como este singjay ya se siente como una de esas nuevas voces nacionales que están conquistando a los países más importantes de Europa.
El siguiente artista en aparecer sería Lyricson y Blackstarliners. El guineano era el cabeza de cartel de este 2016 y desde el primer instante en que se subió al escenario quedaron confirmadas las ganas que traían tanto los músicos como el público. Todos se entregaron al máximo durante la actuación, algo que por ejemplo quedó retratado cuando Lyricson reventó su pantalón al no aguantar la prenda toda la energía que el artista empleaba en sus movimientos. Uno de los momentos más comentados del festival también se dió durante este concierto, más concretamente cuando Lasai subió al escenario y compartió el World a Music Riddim con Lyricson y la banda.
Los músicos de Akatz nos condujeron a compartir con otros «socios» la idea que nos sobrevolaba en la cabeza acerca de que este año el festival ha tenido un sonido más compacto que en anteriores ediciones. La participación de los bilbaínos se convirtió en toda una exhibición de lo que significa llevar tantos y tantos años tocando juntos.
El cierre final de la noche sería responsabilidad de Chronic Sound. Lucas supo hacer bailar a todos con una sorprendente selección que finalizó con una innumerable sucesión de esos Dancehall Tunes que tanto gustan a la sound madrileña.
La bajada al pueblo fue mucho más organizada de lo que cabría esperar y es que teníamos claro cual era la dirección a tomar… el after en la Palloza de Chis. Allí pudimos disfrutar de ese vergel de vibraciones bajo un sol más relajado que en sus anteriores apariciones.
DÍA 03 – DOMINGO
El domingo se desarrolló la despedida en la playa fluvial, donde pudimos volver a ver otro gran show de Unruly Youth. Esta pareja de selectores son un seguro para todo amante de esta cultura. No dudes en asistir a sus sesiones si los tienes a tiro. El cierre del festival tendría lugar a continuación y nuevamente fue otra oportunidad de vivir el 15 aniversario de Mas Jahma Sound.
Llegados al fin de fiesta, tras los aplausos y los mutuos agradecimientos entre organizadores y público, pudimos escuchar bromas del tipo que «cuenta una leyenda que si llamas a Mas Jahma 3 veces delante de un espejo se aparecen con un big tune especial para ti.»
Tras lo anterior, y antes de comenzar la vuelta a nuestras casas, hicimos una visita al Molino de Agüita, en Quintela, ya que se hacía muy difícil salir de esos valles sin más. Allí lo del más agusto que un arbusto es a otro nivel. Un reggaemerendero con su río, banquitos, barbacoa y los habitantes de esos bosques… si, también vacas en su prado correspondiente.
La séptima edición ha sido como estar en el séptimo cielo y desde esa altura queremos afirmar que uno de los placeres del festival es ver como todas las selecciones y conciertos celebraron por todo lo alto la cultura jamaicana, tanto su fundación como su evolución a lo largo de su rica historia. Esto es gracias al mimo con que la organización diseña estas reggae vivencias, que tras siete años han convertido a Balboa en un sitio clave para descubrir el nivel real del reggae de este territorio.